Entre los lugares de interés que se pueden encontrar todavía en el antiguo término destaca, sobre todo, por su buen estado de conservación, la Antigua Iglesia de San Juan Bautista, del siglo XVIII y de clara inspiración neoclásica. Al otro margen del río, se encuentran los restos de la Antigua Ermita de la Soledad y la Fuente de la Soledad.
Por su gran valor etnológico y patrimonial, destacan también los conjuntos de corrales de las Casicas de Medién o de Dorce, el Corral del Fandarín y el Corral de la Dula, estos dos últimos de fundación medieval morisca. Justo al lado del pueblo, en el pequeño altozano conocido como el Alto de las Cruces, se sitúa la Casilla de Pilatos, que data del siglo XIV. Se trata de un pequeño habitáculo de planta circular, realizado en piedra en seco y con cubierta de teja morisca, que hacía la función de ermita para cobijar la imagen de Cristo cuando subía por la senda del calvario en el Vía Crucis.
Un poco más arriba del Alto de las Cruces se encuentra la Balsa de las Mulas, un charco natural donde el ganado solía beber y descansar. Y debajo, a unos metros de la Casilla de Pilatos, crece uno de los árboles singulares del municipio, la Garroferica de las Cruces. Fue sede de reunión de los pastores y después, lugar de recreo y retiro para comer la mona de Pascua.